El viernes 5 de enero de 2007, Hernán tenía planeado partir con Alejandra para el sur de Chile. Mis vacaciones se habían caído cuando mi amigo Bruno me dijo que no viajaría con migo al sur argentino por motivos que aún hoy, desconozco (no tendría permiso de su novia…)
Hernán me había dicho ya un par de veces que me sume con ellos, pero entre una cosa y otra, terminé aceptando esa invitación el mismo 5 de enero a las 19:00 hs.
En ese momento vivía en Quilmes, así que rapidito hice unas compras básicas para el viaje en el Jumbo que está frente a casa (heladerita térmica, Fernet Branca y una buena silla) y partí para la capital hacia la casa de Hernán.
Como fue muy repentina mi decisión, Ya estaba todo organizado para que Hernán y Ale viajaran en su auto, un Suzuki Fun 1.4 modelo 2005 que explotaba de equipaje y víveres. Es por esto que yo viajé solito en mi Fiat Palio diesel recién sacadito de la concesionaria, con tan solo unos 2000 km.
Entre que cargamos el Fun, partimos hacia Ing. Maschwitz al encuentro del querido Sergio para que nos diera los handies y salimos a la ruta, ya eran las 0:00 hs del sábado.
El viaje terminó haciéndose denso y largo. Solo paramos ocasionalmente a cargar combustible y a desayunar, si mal no recuerdo, en 25 de Mayo, Neuquén; y una vez que se nos cruzaron cientos de cabras.
Esta queda a orillas del lago Villarrica y bajo la ladera del volcán del mismo nombre. Este volcán, aún activo, nos demuestra su vitalidad humeando constantemente por su cráter. Quiero decir que a mi me daba un poco de cosita…Tras encontrar un camping espectacular a orillas del lago y casi vacío; armamos nuestras moradas, comimos fideos y nos fuimos a dormir.
Bajando al lado de un profesional preparado con todo su equipo y yo sin nada
Estas cuevas se forman con la lava que al pasar y tomar contacto con el ambiente se enfría y endurece en la superficie, pero bajo esta “costra” sigue circulando a altas temperaturas. Una vez que deja de pasar, queda la cueva formada.
Pagamos nuestra entrada, un guía no explicó todo lo referido a la vulcanología, nos dieron cascos y ahí nomás, nos metimos en una cueva. De repente la temperatura bajó a solo unos 8º y la humedad se hizo sentir. Había una tenue iluminación y las vistas eran impresionantes. Nos adentramos por aproximadamente 600 metros cuesta abajo en la ladera del volcán y llegamos a un punto donde ya no se podía pasar por el mínimo tamaño del orificio de la cueva. Volvimos cuesta arriba a la superficie, bajamos los 2 km hasta el auto y nos fuimos al camping a comer un guiso de arroz que nos recuperó de las energías gastadas en el día.Para la sobremesa, se nos unió una pareja de “pololos” chilenos de más o menos nuestras edades, y compartimos fernet, vino argentino y pisco chileno. Obvio, el Branca fue intomable para el chileno!
Al anochecer llegamos a Entre Lagos, sobre la ruta que lleva al paso internacional Cardenal Samoré y a orillas del lago Puyehue. Ahí acampamos en uno de los mejores campings de todos los que conocemos.
Este centro de sky, se encuentra en la ladera del volcán Casablanca. Al retornar paramos en unas termas, pero por los elevados costos decidimos solo tomar una ducha en el camping.
Lago Paraiso
Hotel y centro de sky de Antillanca
Parque del hotel con pistas de fondo
Iglesia de Entre Lagos
Tras otro tramo de ripio, también en buen estado, llegamos al acceso del volcán Osorno. Tomamos el desvío y comenzamos la subida. Es asfaltado, hasta que en un momento se corta y aparece el ripio y aparentemente solo para 4x4. Ahí nomás quedamos. Fotos y más fotos y seguimos. En el camino paramos a sacar unas fotos en unas capillas y en una cabaña alemana donde vendían tortas artesanales llamadas Kuchen (torta en alemán)Pedimos unos cafés, algunas porciones de tortas de frambuesa, frutilla y no recuerdo que más; y por supuesto pagamos mucho, pero contentos por tan ricos manjares.
Volcán Osorno
Merienda frente al lago Llanquihue
Seguimos viaje y pasamos por la ciudad de Puerto Varas. Es muy linda y tiene una costanera sobre el lago, con vistas en la orilla de enfrente a los volcanes. Realmente maravilloso.
Camino entre Puerto Varas y Frutillar
Finalmente, continuamos hasta Frutillar y acampamos en las afueras de la ciudad, en un camping muy bueno y bastante vacío, como casi todos.Más tarde comimos un guisito y al sobre.
Después de levantarnos, partimos para Puerto Montt, distante a unos 45 km de Frutillar. Hicimos algunas compras y nos fuimos al Puerto de Angelmó, que es el puerto comercial de Puerto Montt. La verdad es que hay tantos bichos conocidos y desconocidos que dan ganas de quedarse 1 año para poder probarlos a todos. Por lo menos a mi que me gustan tanto los frutos del mar, me pareció un lugar increíble.Personalmente me compré unas cholgas ahumadas que las comí como caramelos. Una delicia. Compramos algunas cositas más y para la cena de la noche, compramos dos lomos limpitos de salmón rosado, que pagamos a 12 pesos argentinos, pero porque ya estaban limpios y cortados. Si uno compra el pescado como sale del agua, prácticamente te pagan para que lo lleves. Nada que ver con Buenos Aires, donde uno se hipoteca para comer salmón.Al regresar a Frutillar, en el camping nos pusimos a cocinar con Hernán el salmón al disco con algunas verduras y creo que fue la mejor comida del viaje. Un manjar.
Mercado de Angelmó en Puerto Montt
Salmones rosados en el mercado
Más bichitos en el mercado
Al otro día intentamos hacer parte de la carretera austral. Fuimos primero hasta el lago Todos Los Santos, por donde se cruza en barcos a Bariloche. Desde ahí deshicimos parte del camino y doblamos hacia el sur. Ya de ripio comenzamos la primer parte de la carretera. La idea era llegar hasta el primer balseo, tomarlo y regresar a Montt por la margen opuesta del seno Reloncaví, pero a mucho de llegar, el camino se puso muy áspero y decidimos volver por donde habíamos ido. Igualmente las panorámicas del mar son muy buenas, aunque los pueblos ya no tan pintorescos.
A la vuelta pasamos por Puerto Varas a caminar un poco por el centro y a fotografiar las casas históricas, todas de tejuelas de alerce y pintadas de colores.
Iglesia en Puerto Octay
Iglesia de Puerto Varas
Nos despertamos, levantamos campamento y partimos. Salimos de Frutillar por la ruta 5, rumbo al sur. Pasado el mediodía ingresamos con la balsa a la isla de Chiloé. Pasamos por fuera de Ancud y seguimos camino hasta Castro, capital de la isla. Allí acampamos y después nos fuimos a caminar un poco al centro y al puerto. Visitamos la iglesia, que es sin duda alguna la mejor del viaje y seguramente si hubiera un top 5 de iglesias que conozco, entraría en el ranking cómodamente. Es de estilo neogótico, pero íntegramente construida en madera y con el exterior revestido en chapa cincada. El que la diseñó, lo hizo con la idea de materializarla en hormigón armado. Por alguna razón que ya no recuerdo, los isleños decidieron realizarla en madera. Impactante.
Casas sobre palafitos en Castro, Chiloé
Más de las típicas casas de Castro
Catedral de Castro
Interiores de madera de la cúpula de la catedral de Castro
Interior de la catedral de Castro
Más del interior de la catedral de Castro, de lo mejor que vi
Al otro día hicimos un circuito hacia el sur, que nos llevo por Chonchi y la isla Lemuy, previo balseo con auto y todo. Es el camino de las iglesias típicas chilotas, todas (...o casi) de madera de alerce.Más tarde en el camping, cocinamos cholgas y unas almejas.
Cholgas con queso y manteca a la parrilla, un manjar...
El sábado después de desayunar y demás, fuimos a otra isla del archipiélago de Chiloé vía transbordador visitando Dalcahue, Curaco de Vélez y Achao. Allí seguimos viendo más iglesias y arquitectura chilota.
El domingo salimos de Castro hasta Ancud, un puerto también dentro de la isla, pero bien al norte de la misma. Antes de acampar nos fuimos hasta el Pacífico en mar abierto, osea que no en la parte que enfrenta al continente; y no pudimos llegar hasta una pingüinera pero sí hasta Mar Brava, una bahía con un vientito y unas olas muy grandes. Tanto que ni surfers había!
Mar Brava
Puerto de Ancud, Chiloé
Fuerte San Antonio en Ancud
Al otro día, era el día D de nuestro regreso a Argentina. Ingresamos por el paso Cardenal Samoré con una lluvia insistente y tardamos unas tres horas para cruzar la aduana argentina y como no, haciendo cola.
Llegamos a Villa La Angostura bajo una lluvia torrencial y fuimos derechito al camping. Vaya sorpresa, precio para acampar los tres, con dos carpas y dos autos: $ 73 en uno y $ 56 en otro. Una estafa.
Ahí mismo resolvimos ir hasta Bariloche y terminar nuestras vacaciones en Colonia Suiza.
Pasamos por el centro cívico y empezamos a buscar lugar para cenar. Eran las 21:00 hs y seguía lloviendo. Luego de caminar tres cuadras en Mitre al 100 nos dan un folleto de un restaurante frente al lago con mantel de tela y copas!!!! Fuimos a ver los precios y decidimos cenar allí. El lugar se llama Stop y estaba muy bueno y con precios excelentes.
Tras comer, fuimos a Colonia Suiza y en el camping Goye nos ofrecieron, en lugar de acampar por $6 cada uno, ir a los dormis que tienen. Nosotros decidimos en solo 1 segundo aceptar la oferta debido a que todavía llovía y era la 1:00 hs y fundamentalmente porque el precio era de $10 por persona!!!! No es que era una cabaña, pero estábamos como en una!!Al otro día, hicimos circuito Chico y después salimos de caminata por el centro de Bariloche y no mucho más que eso. Estabamos descansando de las mismas vacaciones.
Arroyo López, Bariloche
Más arriba, también en el Arroyo López
El imponente hotel Llao Llao de fondo
Un día después, partimos en una embarcación en Puerto Pañuelos rumbo a Puerto Blest y Cascada los Cántaros. Una excelente excursión con impresionantes paisajes. Vale la pena hacerla.Subimos los 733 escalones de la cascada y fuimos hasta Puerto Blest caminando desde ahí, en lugar de ir en el barquito. Muy buena estuvo esa caminata por el bosque. Es corta, no más de 40 minutos, y se hace muy llevadera. Una vez en Puerto Blest, Ale y Hernán decidieron ir caminando hasta el lago Frías. Yo, me quedé disfrutando de la paz y los paisajes del lugar.
Hacia Puerto Blest
Navegando por el Nahuel Huapí
Al otro día, decidimos ir hasta Pampa Linda. Al mediodía partimos en mi Palio con rumbo sur para entrar bordeando el lago Mascardi y llegar a Pampa Linda, base de muchas expediciones de trekking. Continuamos 10 km para llegar a la base del cerro Tronador. Como era un mundo de gente de los tours, hicimos un rato de tiempo tomando mate y cuando se despejó un poquito, ya de regreso, paramos en Ventisquero Negro. Para quienes no lo conozcan y vean la foto, es la bajada del glaciar Manso desde el Tronador que en su caída va arrastrando tierra y sedimentos que vuelven negro al hielo y le dan ese color tan particular al agua, al río Manso, y luego al lago Mascardi. Estos son los mismos lugares que junto a mi amigo Bruno, había visitado en enero de 2006.
Más tarde retornamos al camping, cocinamos y a dormir.
Arriba, en el Cerro Catedral
Querían cobrarme por esta foto!!! Las bondades del zoom...
Última foto del viaje, en el Centro Cívico de Barilche
El viaje, tal como lo hicimos nosotros, se puede realizar en cualquier vehículo sin ningún problema. Lo recomiendo plenamente. Los paisajes son increibles. A pesar de ir en época de verano, de noche el viento y el frío se hacen sentir mucho. Yo en lo personal, aprobeché los precios de Chile y compré una buena bolsa de dormir Doite que es la que uso hoy en día. No necesito de nada adicional que me de calor. Recomiendo esta compra por precio, calidad y la comodidad de no llevar nada más que la bolsa.
En esta época no tenía GPS y tampoco es imprescindible. Lo que si llevamos fue el tradicional Atlas de Rutas Firestone. A continuación dejo unos archivos para descargar, que son el mapa de rutas de Argentina en formato PDF, mapas de rutas y ciudades de Chile en formato JPG y nuestros tracks no ruteados: