sábado, 16 de mayo de 2009

Tandil (agosto de 2007)

Del 17 al 20 de agosto de 2007 nos tomamos un fin de semana para ir a Tandil, el paraíso de las picadas!!
Los participantes del viaje eramos Hernán y Ale; Sergio, Ale y Nacho; Gisela, Víctor, Mateo y Martina; Malila y yo.
Alquilamos por un costo más que económico unas cabañas llamadas Huicha Cura, el que incluía la cabaña con capacidad para todos y desayuno tipo campo, con todo casero.
Esta corta salida a la ruta, era para probar la chata nueva de Hernán, la Ford, para verificar que estaba en condiciones para ir a Machu Picchu en enero del año entrante. Por si no leyeron el relato de Machu Picchu, terminamos viajando en mi Nissan...
Cabaña Huicha Cura

Salimos de recorrida y fuimos para la Sierra del Tigre, que se llama así por la abundancia de pumas de esa zona en los tiempos en que recien se poblaba la ciudad.
Con Malila en Sierra del Tigre
Vistas desde la sierra
Burro en Sierra del Tigre
Burros en Sierra del Tigre
La ciudad desde la sierra
Más fauna en la sierra
Y más...
Por la tarde, visitamos el centro y caminamos por la parte comercial de la ciudad. En Tandil también podemos encontar negocios con muy buenos productos del tipo cuchillería, discos de arado, parrillas, woks, etc. Hicimos las compras pertinentes y nos volvimos a la cabaña a tomar unos mates.
Por la noche, decidimos ir en busca de los placeres comestibles que nos brindaba la ciudad: la picada. Fuimos para un lugar llamado Época de Quesos y la verdad, solo este boegón - pulpería, justifica el viaje. Un lugar de época donde no solo se come, sino que se pueden comprar provisiones para llevar a casa!
Pasamos un buen rato degustando fiambres y quesos con alguna que otra cerveza y después nos dirigimos a la cabaña a descansar, porque el desayuno llegaba a las 7:00 AM.
Comiendo en Época de Quesos
Más picada
Sifón de los de antes
Sector de venta al público
Gran variedad de quesos y fiambres
Tras la ceremonia del desayuno y demás, Sergio, Ale, Nacho, Malila y yo; partimos para el centro a dar una vueltas por la ciudad. Visitamos la plaza y el Cerro Calvario.
Llegando al mediodía volvimos a la cabaña a comer un guiso al disco, como para no perder la costumbre.
Iglesia del Santísimo Sacramento
Montando al León
Plaza Independencia
Cerro Calvario
Guiso en la cabaña
Vacas en el complejo Huicha Cura
Por la tarde salimos hacia el más típico de los paseos por Tandil: La Movediza. Se trata de una piedra muy grande que estaba en equilibrio moviendose. A principios del siglo XX perdió el equilibrio y cayó. Hoy, en la cima del cerro, en el lugar donde se encontraba aquella piedra, han colocado una réplica idéntica a la original. Es un paseo corto y no se puede dejar Tandil sin ir.
La Movediza
La original caída
Réplica perfecta, según dicen
Caravana hacia La Movediza
Base del pequeño cerro donde está la réplica
Una vez visitada la piedra famosa de la ciudad, volvimos a la cabaña a buscar nuestras cosas y antes de emprender la retirada, volvimos a Época de Quesos en busca de provisiones para llevar a casa. Este habrá sido el gasto más importante del fin de semana, pero el que disfruté durante más tiempo!
Patio de Época de Quesos

Los integrantes del viaje somos:
Sergio, Ale I., Ignacio, Hernán, Ale G., Gisela, Víctor, Mateo, Martina, Malila y yo, Adrián
Y viajamos con:
Nissan Frontier SE 4x2 modelo 2007
Ford Ranger F150 4x4 modelo 1981
Recomendaciones:
Es una pequeña escapada de fin de semana que vale la pena hacer. Son 350 km desde Buenos Aires. La verdad que a pesar de poner viajes en el blog, me pareció bueno compartirlo porque realmente la pasamos bien y el lugar se presta a eso.
Nosotros viajamos desde Buenos Aires por la RN 3 hasta Las Flores, donde tomamos la RP 30, pasando por Rauch. Dejo mapa para descargar.

lunes, 11 de mayo de 2009

La Rioja, San Juan y San Luis (abril de 2007)

Un día en la oficina, en mi viejo trabajo, a la hora del almuerzo me informaron que se estaba organizando un viaje multitudinal hacia las Cataratas del Iguazú. No me podía perder ese viaje a pesar de ya conocerlas. No recuerdo bien por qué, pero al fin de semana largo por semana santa se le sumaba otro feriado, es por esto que decidimos no trabajar dos días y tomarnos la semana entera para el viaje. El jefe se enteró cuando todo estaba cocinado y prácticamente, aprobó sin decir nada.
Más o menos una semana antes de salir, surgió el problema de los mosquitos en Misiones. Dengue o no sé qué otra cosa. Como además de nosotros, iban chicos pequeños, se decidió cambiar el rumbo noreste por noroeste. Para mi gusto, mejor porque no conocía ese sector. Iríamos a La Rioja, San Juan y San Luís.
Recuerdo que el día que salíamos, el viernes 30 de marzo de 2007, nos juntamos por laburo con Sergio en una escuela de Liniers mientras que Gisela vino para traer unos víveres que llevaríamos, puntualmente el vino. Mientras tanto, los tres hablábamos por teléfono con Hernán, quien averiguaba el estado de las rutas por semejante temporal. Finalmente esa noche salimos, pero cambiando el camino.
Nos juntamos en Almagro, en casa de Hernán, y poco a poco fuimos llegando todos. Iríamos en 3 autos y mi camioneta. Cada auto llevaría las cosas propias de sus ocupantes y yo en la camioneta, además de mis cosas llevaría todas las cosas comunes a todos, como la comida; y todo aquello que no entrara en otro lado. En menos de 2 minutos teníamos el primer problema, ya que no entraba todo lo que llevábamos. De a poco fuimos acomodando y como se pudo, entró todo.
Salimos a la ruta y en el camino nos encontramos con Gisela, Víctor y sus mellizos Mateo y Martina en el peaje de Panamericana. A partir de ahí, armamos la caravana de los cuatro vehículos. Adelante viajaba yo con la chata. Por ser el primero, llevaba un Handy para comunicarme con Sergio, que era el que viajaba último y me avisaba que nadie parara o se perdiera en el camino. Durante toda la noche viajamos con un diluvio que nos hizo la marcha un poco más lenta. A esto se le sumó que cada parada era una desorganización por ser tantos y todo originó que tardemos unas 20 horas en llegar a Chilecito. Hay que tener en cuenta que algunos manejamos solos, sin colaboración de nadie y que veníamos despiertos de temprano del día anterior! El cansancio se hacía notar, pero así y todo llegamos lento, pero sin inconvenientes.
Una vez en Chilecito, buscamos un camping. Nada por aquí, nada por allá; hasta que apareció uno que estaba cerrado. No sé cómo pero lo abrieron para nosotros. Estábamos solos, con los pastos largos y el quincho caído, pero pudimos cenar y descansar perfectamente.


Parada técnica en la ruta

La primera comida

Contra la mufa!!

Nos levantamos tras la primera noche de descanso y salimos a recorrer Chilecito. Fuimos para la plaza y ahí almorzamos. Más tarde fuimos para el Cablecarril La Mejicana, que es la estación por así decirlo, de un cablecarril que utilizaban para bajar de la mina en la montaña las extracciones. Ahí mismo hoy están los carritos que utilizaban y hay un museo donde se puede apreciar la historia del cablecarril y la mina; y donde se pueden apreciar objetos de época utilizados por los trabajadores.
A media tarde salimos para Villa Unión, también en La Rioja. Para llegar tuvimos que pasar por la Cuesta de Miranda, donde pudimos apreciar hermosos paisajes de montaña. Más tarde, Sergio detuvo a toda la caravana porque pinchó una goma. Tuvo que vaciar todo su baúl para sacar el auxilio mientras el resto solo nos dedicamos a cargarlo y molestarlo.
Al atardecer llegamos a Villa Unión y nos encontramos con problemas de hospedaje nuevamente, ya que solo había un camping y este era en una plaza, donde no podíamos dejar nada porque no estaba cerrado y nadie cuidaba y además, por tener chicos, era un peligro porque estaba al costado de la ruta.
Buscando dimos con un lugar fabuloso. Se trataba de un hotel alojamiento que seguramente por tratarse de un pueblo chico, se fundió antes de abrir y actualmente lo utilizaban alquilando sus habitaciones a turistas. Alquilamos 2 amplias habitaciones con baño privado y nos ubicamos. Con Hernán decidimos dormir en la bolsa de dormir tirados en el contrapiso de una entrada de autos que había, al lado de un portón que no cerraba de la intemperie y con un gatito lleno de pulgas que venía y dormía arriba de mi bolsa de dormir. Así y todo, estábamos contentos por estar tranquilos, sin llantos de niños o quejas de mayores.


Plaza de Chilecito

Integrantes de la oficina

Museo en Chilecito

Cablecarril La Mejicana

Más del cablecarril

Estación Chilecito

Cuesta de Miranda

Otra de la Cuesta de Miranda

Hotel alojamiento de Villa Unión

Al otro día partimos hacia Vinchina, un pequeño pueblo al que se llega por la RP 76 asfaltada. Fuimos en solo tres vehículos, dejando el Renault 19 de Horacio en Villa Unión porque perdía nafta y su paragolpes trasero se movía tanto en las curvas que parecía que en cualquier momento lo dejaba en el camino. Tampoco vinieron Ale e Ignacio, la mujer de Sergio y su hijo, ni tampoco Laura, la mujer de Horacio.
Desde Vinchina seguimos por la RP 76, pero por tramos asfaltada pero en muy mal estado y luego, ripio. En el camino, Sergio volvió a pinchar la misma goma de antes. Tuvimos que parar la caravana y cambiarla. Cuando volvimos a salir, llegamos rápidamente al Refugio del Peñón. Se trata de un refugio para arrieros construido por Sarmiento y aún hoy en pie. Ahí decidimos dejar el auto de Sergio por la falta de una goma de auxilio por si seguía con su suerte de pinchaduras; y también quedó Vanesa con su bebé de 8 meses porque se encontraba muy descompuesta por la altura, que en ese momento eran unos 3800 msnm y que más tarde serían 4200 msnm al llegar a la laguna.
Los paisajes eran maravillosos. Los colores de las montañas eran un lujo para nuestros ojos. Llegando a Laguna Brava, el camino parecía desaparecer, quedando solo una huella. De fondo, se comenzaba a ver la laguna como un premio a quien llega. Fabuloso.



Laguna Brava

Bajamos y recorrimos un poco a pie. Nos quedamos un rato tratando de no volarnos porque el viento era terrible. Uno no podía mantenerse firme! Después de las fotos de rigor y de disfrutar un rato en las orillas de la laguna, emprendimos la retirada. Pasamos nuevamente por el refugio para que Sergio llevara su auto y a Vanesa con el bebé. Llegamos a Villa Unión y comimos un asado espectacular.


Codo 180º

Pirámide

Sergio y su goma pinchada por segunda vez

Refugio del Peñón, construído durante la presidencia de Sarmiento

El refugio

Camino a Laguna Brava

Paleta de colores

Laguna Brava

Los vehículos en el medio de la nada

La laguna

Más de la laguna

Agua cristalina

La soledad de la laguna

Autorretrato

Vado

Al despertarnos el otro día, tras la ceremonia del desayuno de todos, tomamos nuevamente la RP 76, pero con rumbo sur y fuimos al Parque Provincial Ischigualasto, donde recorrimos el famosísimo Valle de la Luna. Para recorrer este parque, que se ubica en la provincia de San Juan, se hace con automóvil. La gente va llegando, se arma una fila y el que encabeza y guía a todos es el guardaparque. Cada uno utiliza su propio vehículo y va parando en lugares clave donde el guardaparque hace una explicación. Es muy lindo todo y al caminar uno piensa en los millones de años de historia que tiene cada piedra del lugar.


Valle de la Luna

Es increíble que el viento erosione y forme figuras tan hermosas en las rocas. Es un trabajo de años! Pasamos por “La Esfinge”, “Cancha de Bochas”, “El Submarino” y “El Hongo”. Al finalizar el recorrido, visitamos el museo donde hay fósiles encontrados en el parque.
Nuestra idea era finalizar la excursión y cruzar, literalmente, al Parque Nacional Talampaya; pero como salimos tarde y realizamos la visita a Valle de la Luna tarde, nos quedamos sin tiempo. Es por esto que volvimos a Villa Unión y dejamos Talampaya para el día siguiente.

Valle de la Luna

El paisaje lunar

Más Valle de la Luna

La Esfinge

Cancha de Bochas

Todo el grupo

El Submarino

Otra de El Submarino

El Hongo

En el museo

Al otro día nos despertamos bien temprano para que n pase lo del día anterior y partimos casi todos para Talampaya. Víctor decidió quedarse para descansar.
Llegamos al Parque Nacional y realizamos la visita. También se hace en vehículos, pero se trata de vans del lugar.
El lugar es asombroso. Se trata de grandes muros de unos 100 metros de alto, donde uno se da cuenta de las dimensiones al pasar por el medio de ellos. La explicación, al igual que en Ischigualasto, da cuentas de la edad de formación de este lugar. Realmente, somos insignificantes ante tanta historia.
Llegamos a un lugar donde hay huellas humanas. Hay rocas con dibujos de miles de años de antigüedad, piedras con agujeros a modo de morteros, etc. Más adelante paramos en un lugar donde hay vegetación a pesar de la aridez el lugar. Después nos dirigimos hacia uno de los altos muros de piedra donde nuevamente el viento, erosionó de tal forma que creó grandes chimeneas. Nos agrupamos y a la cuenta de tres, pegamos un grito al unísono que nos es devuelto varias veces por el eco.
Continuamos la travesía y vemos las primeras rocas que por erosión, al igual que en Ischigualasto, poseen formas reconocidas por nuestra vida en sociedad moderna. Se trata de “La Catedral”, “El Totem”, “La Torre”, “El Botellón” y “El Monje”. Es increíble que el simple contacto con el viento sea la causa de estas obras de arte de la naturaleza.
Al terminar el recorrido, volvimos a Villa Unión a reencontrarnos con Víctor. De ahí, partimos por la RN 40 con rumbo sur para finalmente llegar al Dique Ullum. Ahí acampamos en un camping muy bueno a orillas del Lago Dique Ullum de noche y con lluvia.


Entrada a Talampaya

Mortero

Chimenea

Otra de la chimenea

La Catedral

El Rey Mago

El Totem y La Torre

El Botellón y de fondo, El Monje

Todos los niños del viaje!

El 5 de abril, nos dedicamos a recorrer la zona del dique y más tarde, el centro de San Juan. Almorzamos en un tenedor libre chino cercano a la plaza 25 de Mayo y después de comer, algunos volvieron al camping a descansar y otros quedamos recorriendo. Yo fui con Horacio y Laura a conocer la Casa de Domingo Faustino Sarmiento y a comprar unos vinos de la zona.


Embalse Ullum

Hidroeléctrica

Plaza 25 de Mayo, San Juan

"Fotonta" en la plaza

Parte del grupo

Martina tocando el silvato de Hernán: atención que nos vamos!!

Patio de la casa de Domingo Faustino Sarmiento

Exterior de la casa de Sarmiento

Otra de la casa del educador

Sergio y yo, los más bajos del escalafón: los pelapapas

Cocinando en Ullum bajo la lluvia

El querido disco

La mañana siguiente, desarmamos todo y partimos para San Luis. Nuestro destino final era Potrero de los Funes, pero de pasada conoceríamos el Parque Nacional Sierra de las Quijadas. Fuimos por la RN 20 y apenas entramos a la provincia de San Luis, bordeamos al parque y al llegar a la localidad de Hualtarán, entramos.
Se hace un breve recorrido a pié donde se observan vistas panorámicas al parque y donde, al igual que Talampaya e Ischigualasto, se trata de formaciones de miles de años.
Al salir del parque, fuimos directo para Potrero de los Funes y ahí se dividió el grupo. Algunos fueron a hotel y otros quedamos en un camping frente al embalse. Igualmente, cenamos todos juntos en el camping tras una breve recorrida por la ciudad para conseguir milanesas. Muy lindo el lugar.


Vista del camping al embalse Ullum

Cargando la chata

Velocímetro del Renault 19 de Horacio (andaba un poquito mal)

Parque Nacional Sierra de las Quijadas

Panorámica de Sierra de las Quijadas

Otra más de Sierra de las Quijadas

El 7 de abril, emprendimos la retirada después de desayunar todos juntos en el camping y después de acomodar por última vez la camioneta. Llegamos al otro día tras viajar tranquilos toda la noche.
En el camino quedaron un montón de anécdotas, como cuando Horacio pensaba que viajábamos a 200 km/h porque su velocímetro estaba roto, o cuando Hernán, para organizar las salidas entre tantos adultos y tantos niños, utilizaba un silbato para avisar al grupo que partíamos. También era una odisea el tema de la comida, ya que salvo un almuerzo en San Juan, el resto de las veces, cocinamos; o cuando se quemó el caño de agua por hacer un asado y entre arquitectos y demás, se reparó con una bolsa de nylon. La verdad que también hay muchas anécdotas con los chicos, pero la mayoría son lindas o las entendemos solo los que fuimos parte del viaje. Hablando con Hernán hace poco, llegamos a la conclusión que nunca más vamos a realizar un viaje con personajes tan variados tanto en edades como en pensamientos y formas de ser. Fue una experiencia linda, única e irrepetible.
En cuanto a los lugares que recorrimos, puedo decir que es un viaje para no perdérselo. En lo personal me gustó muchísimo Talampaya y Laguna Brava, aunque el resto tiene su encanto particular.


A punto de salir del camping de Potrero de los Funes

Los integrantes del viaje somos:

Arriba: Víctor con Mateo, Gisela, Sergio con Ignacio, yo con Martina, Diego con Francisco y Vanesa
Abajo: Horacio, Hernán, Ale, Laura y la otra Ale

Y viajamos con:

Volkswagen Gol Country 1.9 SD trendline Modelo 2004
Renault 19 RT modelo 1995
Fiat Palio EL 1.7 TD modelo 1998
Nissan Frontier SE 4x2 modelo 2007


Recomendaciones:

Para realizar este viaje, no hacen falta vehículos 4x4 ya que casi todo es por asfalto y los lugares que no lo son, tomando precauciones son posibles de transitar. Para ir a Laguna Brava, si bien nosotros fuimos con la camioneta y dos autos, no había nieve y no llovía ni había llovido desde hacía mucho tiempo. El camino estaba bien, pero no sé cómo será en otras condiciones climáticas. En Laguna Brava hay que tomar la precaución de no acercar el vehículo demasiado al agua, ya que el piso se pone blando a medida que nos acercamos al borde de la laguna.
Nosotros en ese momento no teníamos GPS y solo nos guiamos con el Atlas de Rutas Firestone. Al llegar a Laguna Brava desaparece un poco el camino y el GPS solucionaría cualquier problema, pero con un poco de atención y sentido de la ubicación, no pasa nada.
Como siempre, a continuación dejo algunos archivos que pueden ser de utilidad, además del reglamento que utilizamos por ser muchos los integrantes del viaje:

- Mapa de rutas de Argentina (*.pdf)
- Tracks no ruteados (*.gdb)
- Hoja de ruta base (*.doc)
- Reglamento de los viajeros (*.doc)